¿Qué significa inducir el parto?
Si el parto no comienza por sí solo, tu médico se puede valer de ciertas técnicas para provocar (o “inducir”) las contracciones. Además, si por alguna razón el trabajo de parto no avanza, tu médico puede recurrir también a estas técnicas que aumentan o aceleran tus contracciones. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE.UU., aproximadamente uno de cada cinco nacimientos en los Estados Unidos es inducido.
¿Por qué deberían inducirme el parto?
Podría ser necesario que te induzcan el parto si los riesgos de prolongar el embarazo son más altos que los riesgos de dar a luz al bebé de inmediato.
Las razones más comunes son:
• Sigues estando embarazada una o dos semanas después de la fecha prevista para el parto. La mayoría de los médicos no dejarán que esperes mucho más tiempo para dar a luz, porque implicaría más riesgo de que surjan complicaciones. Por ejemplo, la placenta puede ser menos eficaz a la hora de pasarle nutrientes a tu bebé, lo cual podría aumentar el riesgo de que naciera sin vida o de que tu recién nacido tuviera problemas graves.
Asimismo, si tu bebé es demasiado grande, hay más probabilidades de que el parto se prolongue o se quede estancado. Además, tanto tú como tu bebé pueden presentar más riesgo de sufrir lesiones durante un parto vaginal, y las posibilidades de que necesites una cesárea son mayores.
• Rompes la fuente o bolsa de las aguas y el parto no comienza por sí solo. En este caso te inducirán para disminuir el riesgo de infección en tu útero y en tu bebé, ya que es más pronunciado una vez has roto aguas. (Sin embargo, si tu bebé es muy prematuro, tu doctor quizás pospondrá la inducción del parto.)
• Los estudios revelan que, sea cual sea la razón, la placenta no está funcionando correctamente, tienes demasiado poco líquido amniótico o tu bebé no está desarrollándose o creciendo como debería.
• Contraes preeclampsia, una complicación grave que puede poner en peligro tu salud y reducir el riego sanguíneo hacia el bebé.
• Tienes una enfermedad crónica o aguda — como hipertensión arterial, diabetes o una afección en los riñones — que amenaza tu salud o la salud de tu bebé.
• Tuviste un embarazo anterior a término en el que diste a luz a un bebé que nació muerto.
¿Cuáles son algunas de las técnicas utilizadas para inducir el parto?
Los métodos que utilice tu médico para inducir el parto dependerán del estado en que esté el cuello de tu útero. Si éste no ha comenzado a ablandarse, afinarse (hacerse más delgado) o dilatarse (abrirse), se considera que todavía no está “maduro” o preparado para el parto. En ese caso, el médico recurrirá seguramente a hormonas o métodos “mecánicos” para hacer madurar al cuello del útero antes de inducir el parto. A veces estos procedimientos terminan desencadenando el parto.
Si el parto no empieza por sí solo, te pondrán una infusión intravenosa de Pitocina cuando madure tu cuello uterino. Pitocina es una forma sintética de la hormona oxitocina, que tu cuerpo produce naturalmente durante un parto espontáneo. Si tu cuello uterino está maduro desde el comienzo, te pondrán la Pitocina inmediatamente.
Algunos de los métodos que se utilizan para hacer madurar el cuello uterino e inducir el parto son:
Administrar prostaglandinas. Por lo general, si requieres una inducción pero tu cuello uterino no está aún dilatado o afinado, te admitirán en el hospital y tu médico empezará la inducción administrándote por la vagina medicamentos que contengan la hormona prostaglandina. Estos medicamentos ayudan a madurar el cuello uterino y a veces estimulan suficientes contracciones como para desencadenar el parto.
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Utilizar una sonda de Foley. En lugar de usar medicación para hacer madurar el cuello uterino, el médico puede introducir en el cuello del útero una sonda con un globo en su extremo, muy pequeño y sin inflar. Cuando el globo se infla con agua, ejerce presión sobre el cuello del útero, y así se estimula la liberación de prostaglandinas, lo que hace que el cuello uterino se abra y ablande. Cuando el cuello del útero comienza a dilatarse, el globo cae afuera y se extrae la sonda.
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Despegar o desprender las membranas. Si el cuello del útero ya se encuentra algo dilatado, y no hay una razón urgente para inducir, el médico puede introducir su dedo por el cuello uterino y separar manualmente la bolsa de las aguas o saco amniótico de la parte baja del útero. Esto produce la liberación de las prostaglandinas, que por lo general ayudan a que el cuello uterino madure más y posiblemente estimulen las contracciones.
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En la mayoría de los casos, este procedimiento se efectúa durante una visita a la consulta de tu médico. Después te envían a tu casa para que esperes el comienzo del parto, que generalmente empieza en los días siguientes. Muchas futuras mamás consideran que este procedimiento es molesto e incluso doloroso, si bien las molestias son pasajeras.
Romper las membranas. Si el cuello del útero se encuentra al menos unos centímetros dilatado, el médico puede introducir un pequeño instrumento de plástico en forma de gancho y romper la bolsa de aguas. Este procedimiento no es más molesto que el tacto vaginal.
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Si el cuello uterino está bien maduro y preparado para el parto, hay una pequeña probabilidad de que baste con esto para estimular las contracciones. De no ser así, el médico te administrará Pitocina por vía intravenosa.
Una vez que hayas roto aguas, la mayoría de los médicos querrán que des a luz entre 12 y 24 horas después porque el riesgo de infección para ti y para tu bebé aumenta con el paso de las horas.
Administrar Pitocina. Tu médico te puede administrar la hormona sintética Pitocina mediante una bomba de infusión intravenosa para iniciar o aumentar las contracciones. Puede regular la cantidad que necesites de acuerdo a cómo avance el parto.
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¿Cuáles son los riesgos asociados con el parto inducido?
Aunque la inducción por regla general es segura, tiene algunos riesgos, que varían de acuerdo con el método utilizado y con tu situación individual. La Pitocina, las prostaglandinas, y la estimulación de los pezones (que se explica más abajo) a veces estimulan el útero en exceso, lo cual quiere decir que las contracciones pueden venir con demasiada frecuencia o ser anormalmente largas y fuertes. Esto, a su vez, causa estrés en el bebé.
En raras ocasiones las prostaglandinas o el fármaco de la Pitocina también causan desprendimiento prematuro de placenta o incluso la ruptura del útero, si bien las rupturas uterinas son muy poco frecuentes en las mujeres que nunca han tenido una cesárea u otra cirugía uterina.
Un tipo de prostaglandina que se usa con frecuencia, misoprostol, se asocia a una tasa relativamente alta de ruptura uterina en mujeres que intentan tener un parto vaginal después de una cesárea, y nunca debería administrársele a una mujer que tiene cicatrices en el útero. Y algunos especialistas consideran que a aquellas mujeres que intentan dar a luz por vía natural después de una cesárea no se les debería tampoco inducir el parto con Pitocina.
Para determinar la frecuencia y la duración de las contracciones así como también el ritmo cardiaco del bebé durante un parto inducido, necesitarás que te hagan monitoreos fetales continuos. En la mayoría de los casos, debes acostarte o sentarte mientras te hacen los controles. Sin embargo, algunos hospitales ofrecen unos monitores por telemetría, que no necesitan estar conectados por cables, lo que te permitirá caminar un poco durante el proceso.
El proceso de inducir el parto puede llevar mucho tiempo, especialmente si se empieza con un cuello uterino que no está maduro, y puedo ser duro para ti y para tu pareja desde el punto de vista psicológico. Por otra parte, a algunas mujeres que ya se han pasado de la fecha prevista les resulta todavía más duro seguir esperando a que empiece el parto de manera natural.
Si la inducción no funciona, tendrán que hacerte una cesárea. La cesárea después de una inducción fallida se asocia a porcentajes más altos de complicaciones que la cesárea programada.
Recuerda que tu médico te recomendará inducir el parto sólo cuando crea que es más arriesgado para ti y para tu bebé esperar a que el parto comience naturalmente.
¿Hay alguna circunstancia en la que no deberían inducirme el parto?
Sí. Será necesario que te practiquen una cesárea en lugar de una inducción siempre que sea peligroso para ti y para el bebé tener un parto vaginal, lo que incluye las siguientes situaciones:
• Los controles indican que tu bebé necesita nacer de inmediato o que no puede tolerar las contracciones, por lo que necesita nacer inmediatamente.
• Tienes placenta previa; presentas vasos previos (cuando los vasos sanguíneos del cordón umbilical están adheridos a las membranas amnióticas y corren riesgo de romperse durante el parto); o el cordón se encuentra por delante de la cabeza del bebé y podría comprimirse cuando la cabeza ingrese al canal del parto, o salirse por el cuello uterino cuando rompas aguas.
• Tu bebé se encuentra de nalgas o en una posición transversal, lo que significa que no está preparado para salir con la cabeza primero.
• Te han practicado más de una cesárea. (Algunos médicos creen que las mujeres con incluso una sola cesárea anterior no deberían ser inducidas.)
• Tuviste una cesárea previa con una incisión uterina “clásica” (vertical) u otra cirugía uterina, como la miomectomía (cirugía para extirpar fibromas).
• Estás embarazada de mellizos o gemelos y el primer bebé viene de nalgas o estás por tener trillizos o más bebés.
• Tienes una infección de herpes genital activa.
¿Puedo intentar inducir el parto yo misma con alguna técnica natural?
No se ha probado consistentemente la existencia de un método “casero” que sea seguro y a la vez efectivo. A continuación te informamos de algunas técnicas de las que puedes haber oído hablar:
• Relaciones sexuales: El semen contiene algunas prostaglandinas y experimentar un orgasmo puede estimular contracciones. Algunos estudios han deducido que tener relaciones sexuales a término (cuando ya estás en la fecha prevista de parto) puede disminuir la necesidad de inducir el parto, pero otros no han encontrado que las relaciones sexuales estimularan el comienzo del parto.
• Estimulación de los pezones: Retorcer o apretar los pezones hace que se libere tu propia oxitocina natural y puede ayudar a desencadenar el parto, pero hace falta realizar más estudios para comprobar la eficacia y seguridad de este método. Como la estimulación de los pezones puede estimular tu útero en exceso, tus contracciones y la respuesta del bebé a las mismas deberían controlarse cuidadosamente, por lo que no es recomendable que trates de hacerlo en tu casa.
• Aceite de ricino: El aceite de ricino es un laxante fuerte, y estimular los intestinos puede provocarte algunas contracciones. Sin embargo, no hay buenos estudios que hayan probado consistentemente su efectividad, y probablemente el efecto que te produzca en el intestino sea muy desagradable.
• Hierbas y remedios caseros: Numerosas hierbas se promocionan como útiles para inducir el parto. Algunas de ellas son peligrosas porque pueden estimular el útero en exceso (y además pueden no ser seguras para tu bebé por otras razones).Y la seguridad y efectividad del resto aún no se ha probado.
Baby Center
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